Carta al editor

El Cáncer en su Hora Cero en el Perú

A crucial time for cancer in Peru

Andrés Solidoro-Santisteban


El gobierno ha lanzado el Plan Nacional para la Atención Integral del Cáncer -"Plan Esperanza" -DS Nº009-2012- SA- con el fin de "subsanar la elevada subcobertura" en la práctica "de los exámenes básicos de detección de las principales neoplasias malignas del país". Este saludable proyecto es un nuevo intento de solucionar este grave y penoso problema de salud, que por su importancia, demanda la participación de todos los estamentos de nuestra sociedad.

Todos los organismos internacionales siguen llamando la atención sobre la gravedad del problema del cáncer en los países del Tercer Mundo, no solo por el aumento incontrolado de su incidencia producto de la falta de programas de prevención, sino por la magnitud de la carga económica que ocasiona este siniestro en los presupuestos de salud. Tanto la OMS como la Union International for Cancer Control (UICC) se han pronunciado reiteradamente en el sentido que la incidencia de cáncer en el Tercer Mundo puede reducirse a menos de la mitad, si se implementaran programas de prevención. En efecto, en los países industrializados el cáncer del estómago-primera causa de muerte por cáncer en el Perú-ocupa ahora los últimos lugares en las estadísticas de cáncer gracias a programas de prevención, y lo mismo puede decirse del cáncer invasor de cuello uterino- grave problema de salud de la mujer peruanaque hace rato ha dejado de serlo en Estados Unidos en virtud de los eficientes programas de tamizaje.

En el "Análisis de la Situación Oncológica de País" el MINSA concluye, acertadamente, que la frecuencia del cáncer aumenta sin control; que la mayoría de casos llega en estados avanzados a los centros de salud, y que la mortalidad por cáncer está lejos de empezar a declinar a pesar de todos los avances de la tecnología con que disponen nuestras instituciones especializadas. También advierte sobre la poca o nula inversión en programas de prevención. La gran verdad es que tanto el Estado como la industria privada de la oncosalud invierten su presupuesto mayoritariamente en el diagnóstico y tratamiento del cáncer, y poco o nada en programas de prevención.

Este desplazamiento de las prioridades, tan arbitrario como inconveniente, se debe a que el cáncer es uno de los más importantes contribuyentes al gasto en salud- 60 billones de dólares al año en US y se ha creado una cultura empresarial alrededor de la promesa de la curación del cáncer, desplazando a la igualmente importante estrategia de la prevención para el control de esta enfermedad.

La creación de un Organismo para la Prevención del Cáncer en el Perú, liberado de la exigente carga asistencial y encargado de las tareas de registro, estudios epidemiológicos y monitoreo de resultados así como implementar los programas de prevención, tamizaje y detección temprana incorporados en la Atención Primaria de salud, podría ser el inicio de la tarea-injustamente postergada- de prevención del cáncer en nuestro país. Porque hay que decirlo, el cáncer en el Perú está en su hora cero.

 

CORRESPONDENCIA

Andrés Solidoro Santisteban